Comenzar un ciclo nuevo genera ansiedad, cosquillitas en la panza, esperanza, incertidumbre, nervios... Bah, un mundo de sensaciones. Ahora, cuando los estrenos vienen potenciados por media docena toda esa energía aumenta exponencialmente, aunque difiera la forma de canalizarla según las personalidades en cuestión y el bagaje en el fútbol que trajo cada uno en sus espaldas. Así, antes del debut de Independiente en el Apertura, Olé juntó a Maximiliano Velázquez, Nicolás Cabrera, Roberto Battión, Cristian Pellerano, Facundo Parra y Germán Pacheco, el sexteto de incorporaciones para la temporada 2010/11, para conocer cómo viven las horas previas al bautismo como jugadores del Rojo, más allá de que algunos deban quedarse con las ganas en la fecha inicial por temas tácticos o burocráticos...
Y si de estrenos se trata, Germán Pacheco espera un debut con todo, ya que será titular si llega la habilitación de España (ver Atención ). El delantero de 19 años, que viene del Atlético Madrid y aún no tuvo rodaje en la Primera local, revela que mantendrá los rituales que siempre lo acompañaron: “Si llegué hasta acá con lo que tenía, ¿para qué cambiar? Entro a la cancha con el pie derecho, me persigno tres veces y me beso la cruz que tengo tatuada en el antebrazo derecho una vez por mi papá, Oscar; otra por mi mamá, Laura, y la tercera por mi hermana, Julieta. En ellos pienso cuando me estoy vendando en el vestuario, en todo el esfuerzo que hicimos”. Cristian Pellerano, en cambio, no tiene cábalas. “Salto al campo de juego como me sale. Eso sí, se me ocurrió que sería un lindo homenaje para mi vieja, Elena (falleció en 1994), hacerme una remera con su foto para llevar debajo de la camiseta. Ella me bancó, me exigía bastante y siempre está en mis pensamientos”, se sincera el volante que viene de Colón.
Facundo Parra aún debe estar esperando que su amigo Santiago reponga esa pulserita de goma fucsia y negra que le dio una vez, y ahora se le está rompiendo. “La uso desde que me la regaló y me trajo mucha suerte, ahora me prometió otra. Es como mi única cábala”, cuenta el último bastión que consiguió Garnero y que viene de Chaca. Nicolás Cabrera tampoco es de tener rituales específicos, pero de Vélez arrastra la costumbre de bajar un cambio en el micro “tomando mate y charlando”. Mientras Roberto Battión asegura: “Estreno botines en cada etapa nueva”; y Maxi Velázquez confiesa: “De Lanús me traje hasta las canilleras, pero más por un tema de comodidad. Mientras duran, uso las mismas”.
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